Pese a ser una isla pequeña en mitad del Mediterráneo, Formentera ha sido desde tiempos inmemorables una tierra de gran tradición vinícola. En la actualidad, la isla cuenta con unas 80 hectáreas dedicadas al cultivo de la viña.
En la mayoría de los casos, el vino de Formentera era conocido como ‘vi pagès’. Un vino elaborado en casas tradicionales de la isla para el autoconsumo y que destaca principalmente por sus vides, mayoritariamente de pie franco y no americano, como ocurre en el resto de Europa.
En la actualidad existen dos bodegas en Formentera dedicadas a la elaboración y venta de caldos 100% autóctonos.
Se trata de las bodegas Terramoll y Es Cap de Barbaria. Ambas producen unos vinos excepcionales con un cuidado y minucioso proceso de elaboración. Si eres un amante del vino, no dudes en apuntarte a cualquiera de las visitas guiadas que ambas bodegas organizan en sus instalaciones.